La introducción de especies fuera de su hábitat natural es un fenómeno que ha ocurrido a diferentes escalas. Este fenómeno es una parte importante del cambio ambiental global causado por el ser humano. Un ejemplo notable de esto es la pesca comercial de Arapaima en Bolivia. Aunque esta actividad puede traer algunos beneficios, también interrumpe el aislamiento natural entre poblaciones. Estas poblaciones han evolucionado por separado a lo largo del tiempo. En muchos casos, la introducción de especies fuera de su área natural altera la estructura de las comunidades nativas. Esto puede generar efectos negativos, que a veces son irreversibles.
Los ecosistemas de lagos y ríos han sido particularmente afectados por especies invasoras, especialmente peces. Esto ha ocurrido debido a iniciativas como la promoción de la pesca deportiva, la piscicultura y la pesca de consumo. Crear un nuevo recurso pesquero implica introducir especies en cuerpos de agua existentes. Esto puede alterar los ecosistemas receptores para adaptarse a los nuevos habitantes. Las especies introducidas, como el Arapaima gigas en Bolivia, compiten con las nativas por alimento, refugio o sitios de reproducción. Además, pueden traer enfermedades y parásitos que afectan a la fauna local. La hibridación con especies locales puede reducir la diversidad genética en estos ecosistemas.
Una especie se considera invasora cuando tiene un impacto ecológico o económico considerable en su nuevo entorno. Sin embargo, medir estos impactos puede ser complejo. En algunos casos, los efectos negativos ecológicos pueden ir acompañados de beneficios económicos. Esto se ha observado con la pesca comercial de Arapaima en Bolivia.
Introducción de peces en América del Sur
En América del Sur, la introducción de peces ha ocurrido a diferentes escalas y en varios países. Diversos estudios documentan la introducción de especies desde otros continentes. También se han realizado introducciones entre distintas cuencas y dentro de la misma cuenca. Estas acciones, como en muchas otras regiones del mundo, fueron motivadas principalmente por la piscicultura. La pesca deportiva y el uso de peces ornamentales también fueron razones importantes. En muchos casos, estas introducciones fueron promovidas por gobiernos y organizaciones de desarrollo.
En Bolivia, existe poca información sobre peces introducidos. Sin embargo, se sabe que al menos ocho especies se han establecido en los ecosistemas naturales. Ejemplos de estas especies son Ochorynchus mykiss, Odontesthes bonariensis, Cyprinus carpio y Gambusia affinis en la región andina. En las tierras bajas, se han introducido Arapaima gigas, Semaprochilodus insignis, Oreochromis niloticus y Poecilia cf. reticulata. Estas especies se han adaptado bien y, en muchos casos, han afectado negativamente a las poblaciones de especies nativas. En particular, la pesca comercial de Arapaima en Bolivia ha generado una reconfiguración importante de la industria pesquera local.
El caso de Arapaima gigas en las tierras bajas de Bolivia es especialmente notable. Aunque se sabe poco sobre su impacto en los ecosistemas locales, esta especie ha influido significativamente en la pesca y la producción de pescado en el norte de Bolivia. Antes de 1994, el Arapaima no aparecía en los registros de pesca comercial del país. Sin embargo, en pocos años se ha convertido en una especie clave. Actualmente, representa más del 50% de la pesca total en la región amazónica. En menos de una década, ha asumido un rol importante en la pesca comercial, consolidándose como una especie invasora en Bolivia.
Métodos
El conocimiento sobre la especie fue recopilado principalmente a partir de la bibliografía disponible de Brasil, Colombia y Perú. La distribución actual de la especie en la Amazonía boliviana se estableció mediante registros y observaciones de campo. Estas se realizaron en los principales sistemas del país entre 2002-2003 y 2006-2008.
Para analizar la cadena productiva de pescado en el norte de la Amazonía boliviana, se creó un diagrama de flujo. Este se basó en la información obtenida en entrevistas y talleres llevados a cabo en Riberalta en 2006 y 2008. La información también sirvió para evaluar la composición y volumen de las capturas. Provenía de comentarios de pescadores, líderes, comerciantes y otras personas involucradas en la comercialización de pescado. La cadena descrita se enfoca en el pescado capturado en la zona de pesca comercial de Riberalta. Esta zona incluye territorios de varias comunidades indígenas y campesinas que forman parte del proceso productivo (Van Damme, 2006).
Síntesis del conocimiento de la especie
1. Identificación y distribución natural
El Arapaima gigas (Schinz en Cuvier, 1822) es el único miembro reconocido de la familia Arapaimatidae. Esta familia pertenece al orden primitivo de los Osteoglossiformes (peces de «lengua ósea») en América del Sur (Ferraris, 2003; Berra, 2004; Lavoué & Sullivan, 2004; Nelson, 2006). Este pez es uno de los más grandes de aguas continentales. Puede alcanzar tamaños de 3 a 4 metros y más de 200 kg (Ferraris, 2003; Berra, 2004; Nelson, 2006).
2. Ecología
Estudios en cautiverio y en ambientes naturales han demostrado que el Arapaima gigas tiene una dieta principalmente carnívora. Se alimenta de peces, decápodos y otros pequeños animales acuáticos. La introducción de esta especie en Bolivia ha modificado las cadenas tróficas locales. Esto ha generado controversia sobre su impacto a largo plazo, especialmente en la pesca comercial de Arapaima en Bolivia.
3. Rasgos de vida
La reproducción del Arapaima gigas puede ocurrir durante todo el año. Sin embargo, se intensifica cuando los niveles de agua suben. En estos momentos, las áreas adecuadas para construir nidos se vuelven accesibles en los bosques (Fernandes, 2005; Saavedra et al., 2005b).
La pesca comercial de Arapaima en Bolivia ha generado oportunidades económicas significativas. Sin embargo, también plantea desafíos ecológicos. Estos desafíos deben ser monitoreados para asegurar la sostenibilidad de los ecosistemas locales.
4. Genética de la conservación
El Arapaima gigas tiene un cariotipo con 28 cromosomas submeta/metacéntricos y 28 subtelo/acrocéntricos. No se observan diferencias visibles entre sexos a nivel cromosómico. Esta especie presenta regiones organizadoras nucleolares (NORs) simples con un polimorfismo estructural en cuanto a su tamaño (Marques, 2003).
Estudios poblacionales basados en microsatélites de ADN nuclear (Farias et al., 2003; Hrbek et al., 2007) han mostrado un alto flujo genético entre varias poblaciones. Este flujo se ha observado a lo largo del eje principal del río Amazonas. Resultados similares se encontraron mediante RAPDs en el río Araguaia (Marques, 2003).
Los estudios con microsatélites revelaron una alta variabilidad genética entre poblaciones. Además, se encontró una correlación entre las distancias genéticas y geográficas, es decir, aislamiento por distancia. Se observaron diferencias significativas entre poblaciones separadas por 2,500-3,000 km. Los análisis de ADN mitocondrial mostraron una importante variabilidad haplotípica. Sin embargo, se detectó poca divergencia histórica entre localidades y sin relación clara entre las distancias genéticas y geográficas.
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